El scroll infinito no te da placer: te lo alquila. El algoritmo no te odia: te estudia.
Y vos no estás perdido, estás anestesiado. No viniste a leer una nota más sobre redes sociales. Viniste a activar el modo desintoxicación de una droga que nadie se anima a llamarla DROGA y se encuentra en la palma de tu mano.
No vas a encontrar moralismo ni promesas de vida zen. Solo existen dos caminos: el manual de fuga o el pacto con el diablo.
Diagnóstico: el algoritmo como droga blanda
Las redes sociales ya no son un espacio de conexión, sino una máquina de dopamina.
Son secuestradoras de nuestra atención.
Distintos estudios dan cuenta que pasamos (mínimo) más de 1,5 horas por día mirando vidas ajenas. Si te perdiste las notas anteriores, acá tenés algunos problemas que causa la adicción a las redes sociales y una mirada rápida sobre el funcionamiento del algoritmo.
Mientras tanto, los síntomas se acumulan: ansiedad, sueño alterado, tristeza, desconcentración y aislamiento. No es casual. Es puro y puto diseño del mismo hombre. El que inventó el algoritmo y nosotros que lo alimentamos con cada scroll.
El algoritmo está hecho para conocer tus vacíos mejor que vos. Y ofrecerte una dosis exacta de distracción para que nunca se llenen.
Manual de Fuga
No hay receta universal. Pero te propongo un antídoto casero: mirarte a vos mismo en lugar de mirar a los demás. Ya sé, no es lo mismo. ¡Pero vamos a intentarlo!
La idea es huir de las redes. Cada vez que estés por abrir una red, hacé clic en Notion.
Es una hoja en blanco donde el protagonista sos vos: tus ideas, tus proyectos, tu agenda, tu mundo. La propuesta es que lentamente armes un diario de viaje o la agenda visual más copada.
Podés usarla para planificar, escribir, crear o simplemente pensar. En lugar de consumir contenido,…¡PRODUCILO!. En vez de comparar(te), ¡CONSTRUÍ!.
La misma dopamina que te da el scroll, pero invertida: productividad en lugar de vacío.
En Notion hay una versión gratuita más que suficiente para empezar. Y lo mejor: no te roba la atención, te la devuelve. Probar no cuesta nada, un buen comienzo son las plantillas gratuitas. Mencionamos Notion, pero hay cientos de estas plataformas que podés usarlas como un tablero de comando, o como decíamos al principio, para comenzar a mirarte vos mismo.
Con Notion https://notion.so/ podes hacer desde una lista de supermercado hasta gestionar un proyecto complejo, también permite que otros usuarios se integren simultáneamente en los proyectos que vos habilites. Es muy fácil de usar, tiene un diseño minimalista y el protagonista es el contenido que vos cargues. El entorno está realmente pensado en el usuario. Por si fuera poco… ¡Viene con Inteligencia Artificial!
Personalmente uso esta plataforma pero hay más de una docena de ellas. Lo importante es que no regales la atención al algoritmo y comiences a ver tu propio camino. Tal vez el sentido de la vida, ese que estás buscando en el scroll, esté más cerca de vos y más lejos de los demás.
Pacto con el Diablo
Si todavía no querés soltar el vicio digital, podés al menos negociar con él. No se trata de eliminar redes, sino de usarlas sin que te usen.
Algunas reglas violentas (porque suaves no funcionan):
- Activá el modo avión más seguido. También cuando cenás o hacés el amor.
- Declarar una zona libre de celulares: la mesa, tu habitación, el auto, la bici.
- Una hora antes de dormir, apagá todo. Tu cerebro no necesita más ruido.
- Creá fricción digital: “escondé” los íconos de las apps, no los tengas a mano. Eliminá notificaciones, volvé incómodo el hábito.
- Si vas a entrar a las redes, hacelo de pie, sin acomodarte. No le regales comodidad al algoritmo.
- Fijá horarios de consumo (por ejemplo, 19 a 19:30). Lo que no se mide, te domina.
- Medí tu tiempo real de exposición. Te vas a sorprender.
Sustitutos: pequeñas fugas conscientes
Cada impulso de abrir una app puede ser un recordatorio: hacé otra cosa. Caminá dos minutos. Respiración 4-7-8. Anotá una idea en papel.
La acción más mínima derrota al algoritmo más complejo.
Conclusión
El detox digital empieza cuando dejás de buscar placer prestado y volvés a ser dueño de tu atención. No se trata de apagar el teléfono, sino de encender la conciencia.
Las redes no son el enemigo. Tampoco lo es el algoritmo, ni la inteligencia artificial. Es la forma en que vos manejás las nuevas tecnologías. Te hago una pregunta, ¿Si algo tan simple como el algoritmo de una red social ya te domina, imaginate lo que puede hacer una tecnología algo más avanzada con vos?
Te leo, o nos vemos por ai
Fuente: Memo

