✅ Te escucha incluso en los detalles pequeños.

✅ Valora tu individualidad. No te pide que renuncies a tus amigos, a tus pasiones o a tu espacio. Te alienta a ser quien eres

✅ Se interesa genuinamente por tu mundo. Más allá de lo que le afecta directamente, pregunta, escucha y recuerda los detalles de tu vida

✅ Te sostiene en la caída. Cuando el mundo se te viene abajo, no te da consejos vacíos, sino que se sienta a tu lado en el silencio

✅ No tiene miedo de mostrar su vulnerabilidad. Comparte sus miedos, sus dudas y sus errores, permitiendo que veas su humanidad

✅ Respeta tus límites. Entiende el «no» y no presiona, ni chantajea, ni minimiza tus necesidades

✅ Sabe pedir perdón y lo hace con actos. No es solo una palabra, sino un cambio de conducta. Se disculpa y repara el daño

✅ Te enfrenta con honestidad. No te dice lo que quieres escuchar, sino lo que necesitas oír, siempre desde el amor y el cuidado

✅ Fomenta tu crecimiento. Se alegra de tus logros y te impulsa a alcanzar tu potencial, incluso si eso significa que el camino deba ser separado por un tiempo

✅ Se ocupa de que estés bien. Su preocupación no es un control, sino una manifestación de que tu bienestar le importa profundamente